19 agosto, 2014

Comparaciones.

Comparad vuestra vida a la de una flor y decidme en qué se diferencian.Nacéis en mitad de alguna parte sin saber por qué, quizás otorgando una belleza inusual o quizás pasando desapercibidos.Vais pasando vuestra vida perdiendo pétalos, ya sea en forma de personas, oportunidades o cualquiera sabe.Quizás las circunstancias algún día os arranquen de vuestras raíces para meteros en un simple vaso con agua hasta que os rindáis.O quizás os paséis la vida en el mismo lugar viendo como todos pasan y escogen a otras flores por ser más llamativas.Al final, pasará lo que todos sabemos. Perderéis todos los pétalos uno a uno, y los veréis a vuestro al rededor mirando cómo os marchitáis.¿Y qué os habrá quedado? Quizás la esperanza de que alguien se haya fijado en que sin vosotros la belleza que había ahora está incompleta.
Pero siempre podrán adaptarse a un paisaje más hostil si lo que les otorgabas era una belleza rara de ver para sus ojos.
O quizás nunca se den cuenta de que esa flor se marchitó porque hay otras más valoradas, más llamativas, o simplemente más exóticas.
Por eso no hay que despreciar esa belleza que nos ofrecen la pequeñez de los momentos. Por eso no hay que desaprovechar la belleza de las margaritas aunque haya cientos iguales, ni a una amapola por ser así de roja, ni siquiera a la flor más pequeña por su tamaño, porque quizás ellas sepan darte una gran lección de supervivencia y tú ni te des cuenta.

05 agosto, 2014

Queremos ser.

Queremos ser fuertes sin saber que siempre tendremos puntos débiles.
Queremos ser grandes sin saber que la caída dolerá más.
Queremos ser perfectos sin saber que los defectos nos hacen únicos.
Queremos ser únicos sin saber que al final acabaremos siendo iguales.
Queremos ser sabios sin saber que no somos capaces de asimilar hasta el último detalle.
Queremos ser agua sin saber que nos lleva el viento.
Queremos ser viento sin saber que el agua nos ahoga.
Queremos ser brisa sin saber que nunca acariciaremos el verde césped de su jardín.
Queremos ser arpa sin saber que nunca nos tocarán.
Queremos ser canción sin saber que nunca nos dedicarán.
Queremos ser balcón sin saber que nunca seremos testigos del amor de unos amantes.
Queremos ser zapatos sin saber que nos romperemos con el uso.
Queremos ser tinta sin saber que jamás nos usarán para escribir unos versos de verdad.
Queremos ser palabras sin saber que nunca nos dirán.
Queremos ser tiempo sin saber que nunca nos dedicarán.
Queremos ser días junto a alguien sin saber que no nos apreciarán hasta que lo hayan perdido.
Queremos ser amor sin saber que los finales no son de cuento.
Queremos ser aventura sin saber que ya no se corren riesgos.
Queremos ser olvido sin saber que es largo y amargo.
Queremos ser poemas sin saber que nadie nos apreciará.
Queremos ser musas sin saber que los poetas ya no escriben.
Queremos ser imaginación sin saber que ya no se imagina.
Queremos ser sin saber que nunca seremos.